Testamento Solidario
Los términos testamento o legado solidario no suelen aparecer en nuestras conversaciones, ni siquiera cuando se aborda el altruismo y la solidaridad. Y es que, en general, evitamos hablar sobre todo aquello que tenga que ver con la muerte.
El caso es que cuando observamos una desgracia, muchos de nosotros reaccionamos inmediatamente y colaboramos para que esas personas que la padecen superen esa situación. Pero vivimos siempre en el presente, con prisas, y no nos paramos a pensar que esas situaciones se seguirán dando en el futuro. Esto es una paradoja, porque si tanto miedo tenemos a desaparecer, por qué no nos paramos a pensar cómo seguir presentes cuando no estemos.
Dicen que uno no muere hasta que nadie se acuerda de él y en cierta medida es así. Por eso encargamos funerales, publicamos esquelas y escribimos libros, y los más afortunados alcanzan la fama o erigen mausoleos. Pero hay modos más altruistas y proactivos de trascender y seguir entre los vivos como es que con nuestra ayuda se colabore en el futuro al bienestar de a los que les ha tocado sufrir más de lo normal .
¿Cómo hacer un legado solidario?
Pues es bastante fácil, pero requiere de nosotros un poco de acción, no basta pensarlo ni tampoco decirlo: las palabras se las lleva el viento. Cuando tengamos claro a quién y cómo ayudar cuando hayamos partido, levantaremos el teléfono y pediremos cita al notario para hacer testamento. Una vez en la notaría, aprovecharemos para dejar claro cómo queremos repartir nuestros bienes entre nuestros herederos. Pero además podremos reservar una parte para seguir favoreciendo aquellas causas que en vida más nos preocupaban o por las que sentíamos más inclinación.
De esta manera, con nuestro legado solidario no solo se acordarán de nosotros, si no que estaremos participando activamente en la mejora de la sociedad.
¿No es una bonita manera de seguir estando, sin estar?
Theodora
Seguir presentes cuando no estemos. Me encanta. Y encima, no es seguir presentes: es «ser presentes», «ser un regalo» para los que necesitan de nosotros. Aunque ya no lo vayamos a ver. Porque algo bueno lo es siempre, veamos los resultados o no. Hablaré con un notario para ver cómo hacer algo así, gracias por la idea.
Efectivamente, el legado solidario es otra forma de seguir estando y ayudando a seguir llevando alegría «En nombre de…» a todos los im-pacientes que como bien dices les ha tocado sufrir más de lo normal a esa edad en la que no se entiende el por qué de esa situación, es otra forma de seguir presentes. Acordarnos de destinar una pequeña cantidad a esos peques para que pasen un ratito de felicidad y evasión. Gracias, Fundación Theodora por hacerlo posible.