En el check list que toda pareja elabora cuando está preparando su boda, siempre hay una fila que dice “Regalos invitados boda”. Además, lo suelen escribir así por eso de la economía en el uso de las palabras.

Todos tienen claro que a los invitados hay darles algo y por eso nunca falta este epígrafe. Otra cosa es cuándo le damos el tick de asunto cumplido. La verdad es que antes de decidirse por regalar una cosa u otra se le suele dar mil vueltas y se descartan multitud de alternativas.

Pasaron los tiempos en que todo se arreglaba con unos puros, relativamente afamados, un alfiler o un pastillero. Luego se pasó a buscar algo original, representativo de lo que somos y no muy caro. Y esto no creo que haya cambiado mucho, salvo que ahora se le suele añadir un matiz. Ya no basta con que el regalito sea distinto y diga algo de nosotros. Ahora tiene que implicar un alcance que rebase el ámbito de la celebración propiamente dicha y surta efecto en aquella parte de la sociedad que más nos conmueva.

Por eso cuando repasamos el check list, y antes de decidirnos por una cosa u otra, lo primero que hacemos es añadir la palabra “solidarios”. En ese momento ya hemos descartado muchas posibilidades y nos empezamos a centrar, no tanto en el objeto en sí mismo como en la causa asociada a él. Si lo que nos preocupa más es el Medio Ambiente, buscaremos algo relacionado con su defensa, si lo que más nos llama es la infancia lo haremos en este ámbito.

Lo primero es que nuestro obsequio se alinee con nuestra conciencia. Ahora bien, esto muchas veces no es suficiente y podemos dar la sensación de ñoñez. Si queremos causar sensación, el componente emotivo es fundamental, pero también debemos ser disruptivos, romper con lo establecido, generar sorpresa y dotar a ese regalo, de carácter lúdico, que por lo menos nos haga sonreír. Y la sonrisa, ya sabemos, es la llave de la felicidad.

¡Qué mejor que convertir un acontecimiento feliz en otro más feliz todavía! ¡Saber que además de la felicidad de los presentes estamos contribuyendo a la de otras muchas personas que no están con nosotros ese día!

Demostrar cómo los regalos invitados boda disruptivos, solidarios y lúdicos hacen de tu boda algo mucho más divertido e inolvidable

Theodora

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3 Comentarios
  1. Antonio Fernandez

    En verdad he estado en una de ellas y es simpatiquisimo cuando todos nos colocamos las narices. Empiezan a correr los moviles haciendo fotos que ya nunca olvidarás.

    1. Fernando Nájera

      De eso se trata, Antonio, de añadir alegría y diversión a un día tan emotivo como es el de tu boda, pensando además, que esos regalos solidarios sirven para llevar un poco de felicidad a los niños y niñas hospitalizados.

  2. Mara

    Yo estuve en una boda en la que nos dieron como regalo una nariz solidaria, fue verlo y ya tuvimos motivo para comentar en la mesa, en la que nadie se conocía y ya no digo cuando nos la pusimos, enseguida el ambiente fue de alegría y fotos, muchas fotos con la nariz puesta. Es un buen regalo que además crea buen ambiente.

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