Día internacional de la felicidad en el trabajo
No hace ni 10 días que celebrábamos el día internacional de la felicidad y nos levantamos celebrando el día internacional de la felicidad en el trabajo. Lo mismo, pero ahora ceñido al entorno laboral. Puede parecer reiterativo e incluso cansino, pero si lo pensamos un poco más no tendría por qué ser así. Basta con que cambiemos el sustantivo felicidad, quizás un tanto pretencioso, por trabajar a gusto.
Nos pasamos casi un tercio de nuestra vida trabajando y dependiendo de cómo lo hagamos no solo viviremos este periodo mejor, sino que también disfrutaremos o no de los otros dos tercios. Un buen clima de trabajo hace que rindamos más, que aumente nuestra creatividad, que disminuya el absentismo y que se reduzcan los conflictos. En general mejorará nuestra salud, dormiremos mejor y disfrutaremos más del ocio y la familia.
Es verdad que nuestra satisfacción con nuestro entorno laboral muchas veces depende de los jefes y compañeros que nos hayan tocado en suerte. En estos casos nuestra capacidad de maniobra no es total y, aunque podamos hacer cosas por capear el temporal, nuestro control no será total. Aun así, merece la pena hacer un esfuerzo y poner nuestro granito de arena. En primer lugar podremos cambiar nuestra actitud y ver todo lo bueno que tenemos. Pero también podremos relativizar la de los demás, para que no nos afecte tanto lo menos bueno de ellos.
Cómo mejorar el ambiente laboral
Ahora bien, puede darse el caso de que esté en nuestras manos modificar ese ambiente mediante acciones más ambiciosas. En ocasiones seremos los responsable de la empresa con cierta autoridad o sin serlo nuestra posición relativa en esta o nuestro carisma pueden servir para mejorar ese ambiente. En este caso, podremos proponer la organización de actividades solidarias que cambien la atmósfera de nuestra compañía a medio y largo plazo.
He sido consciente de cómo empresas normales, sin ningún conflicto manifiesto han modificado la percepción que tenían los empleados de ellas. Solo fue necesario participar en alguna actividad solidaria o asistir a un taller de voluntariado corporativo. De esta forma los trabajadores se hacían conscientes de lo que su empresa hacía por el entorno a la vez que ellos mismos participaban como voluntarios en el cumplimiento de nuestra misión: humanizar la estancia de los menores hospitalizados. Además y por si fuera poco lo anterior, se reforzaba sobremanera el orgullo de pertenencia a la organización, y estar contento de donde trabajas te hace más feliz.
Si eres responsable de recursos humanos o tienes la posibilidad de proponer actividades en tu empresa cuenta con Fundación Theodora y contribuye a llevar un soplo de aire fresco a organización. Además, estarás llevando alegría e ilusión a un montón de niños y niñas hospitalizados.